No me quiere dar el divorcio, soluciones:
Digamos ya de entrada que en derecho español no sería aplicable la frase «dos no se divorcian si uno no quiere». Tengan claro, con independencia de lo que a continuación se dirá, que si uno de los dos cónyuges tiene claro que se quiere divorciar, se acabará divorciando, así que lo de «no me quiere dar el divorcio» se quedará en eso, una mera manifestación de lo que le gustaría dar al miembro del matrimonio que no se quiere divorciar.
Dicho esto -y permítanme el inciso- una de las primeras preguntas que solemos hacer a los nuevos clientes en Abogado Divorcio Tenerife es precisamente si están seguros de querer divorciarse. Preguntamos esto, sobre todo cuando sólo viene al despacho uno de los dos miembros del matrimonio, porque hay un número considerable de personas que no acuden a un abogado de familia para que los divorcie, sino para «asustar» a su cónyuge con la posibilidad de que realmente haya adoptado la decisión de divorciarse. Es hasta cierto punto comprensible esta necesidad de dar un toque de atención a nuestra pareja, pero le puedo asegurar por experiencia que si necesita recurrir a un abogado para asustar a su cónyuge es que algo no tiene solución en su matrimonio. En cualquier caso hay un tipo de clientes -nosotros los llamamos clientes guadiana-que en función de la fase lunar nos encargan y desencargan su procedimiento de divorcio, normalmente hasta que su pareja acude a otro abogado de familia a tomarle la delantera quejándose de que mi cónyuge no me quiere dar el divorcio.
Perdón por la digresión. Estábamos diciendo que hoy por hoy nadie puede negarse a que su cónyuge se divorcie del él, ya que en derecho español prima la idea de que nadie conviva con alguien contra su voluntad sobre la que pretende retener a alguien a toda costa a su lado. Hemos de diferenciar, eso sí, entre derecho civil y derecho canónico. Esto es, si usted se casó por la iglesia, para ésta estará siempre casado, con independencia de que si acude a los tribunales civiles de familia el juez le conceda el divorcio y pueda usted volverse a casar (por el juzgado esta vez, claro está)
Por lo tanto, eso de «no me quiere dar el divorcio» ya no es de aplicación.
¿Entonces mi cónyuge no puede hacer nada para evitar que nos divorciemos?
Para evitarlo, no. Puede, eso sí, retrasarlo y encarecer su procedimiento de divorcio.
Cuando un cliente nos dice: mi marido -o mi mujer- no me quiere dar el divorcio, pese a que le tranquilizamos en el sentido antes descrito, nos preparamos para enfrentarnos a un cónyuge contrario en fase de negación. Quiere esto decir que de antemano sabemos que la parte que en el fondo no se quiere divorciar no estará dispuesta a llegar a ningún acuerdo, por lo que el divorcio express quedará descartado. El cónyuge que no quiere dar el divorcio es capaz de poner pegas a todo y exigirá a su abogado que presente cuantos recursos, escritos de queja y objeciones pueda a la demanda de divorcio presentada de contrario y- por supuesto- llevará el tema hasta la audiencia provincial, dejándose por el camino una importante cantidad de dinero en abogados, procuradores, tasas, detectives, peritos y gastos diversos.
Y, finalmente (tal vez un año o dos después) esa persona acabará divorciada, exhausta y con bastante menos dinero, amén de tener más o menos la misma sentencia que hubiera podido conseguir con un mero acuerdo mucho tiempo antes. Como decimos, hoy no existe lo de no me quiere dar el divorcio, pero desde luego si uno no quiere divorciarse es capaz de empeñar su alma al diablo por tal de no ponerlo fácil al otro.