Mi hijo no quiere visitar a su padre (o a su madre)
¿Qué pasa si existiendo una sentencia de divorcio o de mutuo acuerdo mi hijo no quiere visitar a su padre (o a su madre)?¿es un incumplimiento de sentencia?
Es un caso relativamente frecuente: la sentencia de divorcio (o de guarda y custodia, en el caso de parejas de hecho o no casadas) le concede la guarda y custodia a uno de los progenitores, y un derecho de visitas al otro. Pero por lo que sea empieza a haber problemas de relación entre el progenitor no custodio y los menores, lo que se traduce en que el otro nos llame y nos diga algo como: es que mi hijo no quiere visitar a su padre. ¿Eso me puede acarrear algún problema?
A ver. En estas situaciones se trataría de ir al caso concreto. Digamos para empezar que las sentencias están para cumplirse, por lo que si yo tengo una disposición fijada por un juez por la que le corresponde a mi expareja estar en compañía del menor el fin de semana no me basta con alegar que mi hijo no quiere visitar a su padre para justificar que no se lo pienso entregar cuando tiene derecho, ya que me expongo a que el padre (o la madre, en el caso inverso) me interponga una demanda por incumplimiento de sentencia. Hemos de darnos cuenta que el juez puede llegar a la conclusión de que el menor no quiere estar con el progenitor no custodio porque el otro lo ha manipulado de una manera u otra. También hemos de comprender que al menor le suponga un trastorno tener que abandonar su vivienda durante un fin de semana para irse a una casa que le es extraña y pasar un fin de semana con una persona con la que cada vez tiene menos relación, pero muchos jueces de familia lo que nos dirán es que precisamente se trata de evitar que la relación paternofilial se vaya degenerando tanto que finalmente se rompa.
Dicho lo cual, si el hijo que no quiere estar con su progenitor tiene ya una edad próxima a la mayoría de edad, los juzgados suelen ser más respetuosos con su decisión (huelga decir que si el hijo es mayor de edad nadie puede obligarle a estar con alguien contra su voluntad). En cambio, si los menores están en una edad en que todavía su toma de decisiones puede estar viciada o influenciada por terceros, se ha de cumplir a rajatabla con la sentencia.
Y en ese caso, si mi hijo no quiere visitar a su padre y el hecho de hacerlo le provoca algún tipo de trastorno, la única solución será llevarlo a un especialista a fin de que elabore un informe que determine el por qué el menor no quiere estar con su progenitor, y si la estancia con éste puede ser perjudicial a algún nivel (psicológico, de higiene, posibilidad de malos tratos, etc), y con dicho informe solicitar una modificación de medidas que permita suspender las visitas al progenitor no custodio, o bien suprimir la pernocta o, en su caso, que las mismas sean supervisadas por un equipo del punto de encuentro familiar.