Mi ex no me deja hablar con mis hijos ni me coje el teléfono ¿qué puedo hacer?
Tengo una sentencia de divorcio o de guarda y custodia pero mi ex no me deja hablar con mis hijos por teléfono ni en verano ni los fines de semana.
Es una problemática que se da con bastante frecuencia, sobre todo cuando nos adentramos en las vacaciones de verano: el progenitor no custodio dispone de un mes para estar con los niños y el que tradicionalmente tiene la custodia trata en vano de no perder el contacto con los pequeños. Es en esas circunstancias cuando nos llaman clientes al despacho diciendo cosas como que «mi ex no me deja hablar con mis hijos por teléfono» o «no me dice dónde van a pasar las vacaciones» o «le ha apagado al niño el móvil que le compré para estar en contacto».
¿Qué se puede hacer si mi ex no me deja hablar con mis hijos por teléfono cuando están bajo su custodia?
Anticipo desde ya que no es un tema que tenga una solución sencilla, ya que hay que estar al caso concreto y analizar dónde empiezan los incumplimientos del uno y dónde la sobreprotección del otro progenitor. Cierto es que tanto el código civil como en las sentencias o convenios de divorcio y guarda y custodia se suelen introducir conceptos generales que tienen como finalidad que ambos progenitores se puedan relacionar libremente y sin cortapisas con los niños. El problema es que salvo en situaciones extremas y por ende preocupantes, resulta complicado articular esos derechos de relación paternofilial. ¿Cómo acreditar que mi ex no me deja hablar con mis hijos por teléfono y que no se trata de que su móvil no tenga cobertura? ¿Cuál es el límite máximo y mínimo de llamadas que puede hacer el padre no custodio al día?
Cabe la opción, si se trata de un divorcio o guarda y custodia de mutuo acuerdo, que se fije en el convenio regulador unas horas concretas para que el progenitor no custodio pueda llamar a los niños (desde ya les digo que en un contencioso difícilmente el juez aceptará incluir una cláusula de este tipo). En caso contrario, como no hay una obligación concreta y determinada del padre custodio, es casi imposible que les admitan a trámite una denuncia frente a él.
Y es que tras la queja de que mi ex no me deja hablar con mis hijos por teléfono se esconden cuestiones de tipo más psicológico que jurídico. Tenemos por un lado que el padre que no está habitualmente con sus niños siente que se le ha estado privando durante todo el año de su compañía, y que su expareja de alguna manera es más padre/madre que él, y en consecuencia afronta el mes de verano que pasa con sus hijos como su manera de compensar esa carencia, y no está muy abierto a tolerar que encima la parte que sí puede tener a los niños todo el año esté controlando a cada rato si están bien o no y si le echan de menos. Por su parte, quien ostenta la guarda y custodia de repente ve cómo sus hijos se van durante un mes con una persona que no se viene ocupando de ellos, por lo que un cierto sentimiento de pertenencia y sobreprotección hace que sienta la necesidad de que el vínculo no se rompa ni un solo día. Ambos sentimientos son lógicos y normales, pero desde luego -como digo- más abordables desde el autoconocimiento y la confianza en el otro que desde los tribunales.