No siempre es posible que los cónyuges consigan ponerse de acuerdo respecto de todas las cuestiones que han de regir su divorcio, y por lo tanto buena parte de éstos suelen tramitarse por vía contenciosa.
A diferencia del divorcio de mútuo acuerdo, aquí cada cónyuge ha de contratar los servicios de un abogado y un procurador, y el procedimiento se inicia por una demanda, en la que el cónyuge que toma la iniciativa de la acción solicita del juez de Tenerife que por reparto corresponda una serie de cuestiones relativas a la guarda y custodia de los hijos (custodia compartida o derecho de visitas, con un calendario detallado que indique con qué progenitor han de estar los menores cada día del año), la procedencia o no de pensión de alimentos y compensatoria y la cuantía de la misma, la atribución del uso de la vivienda conyugal y el ajuar doméstico, de los coches del matrimonio, así como quién atenderá al pago de las deudas y préstamos que tuviera el matrimonio.
Dicha demanda, una vez admitida a trámite, es entregada al cónyuge demandado para que dentro de un plazo determinado pretente una contestación a la misma firmada por abogado y procurador. Obviamente, en la contestación a la demanda se rebaten los puntos interesados por el demandante, proponiendo medidas alternativas a los mismos.
Una vez presentada la contestación, acto seguido se señala el oportuno juicio, al que deberán asistir los cónyuges con sus respectivos abogados y procuradores y en el cual se aportarán las pruebas que cada parte tenga por pertinentes, serán interrogados ambos litigantes tanto por el ministerio fiscal (que asiste al juicio si hay menores de edad) como por los abogados de las partes. Tras dicho juicio se suele dictar sentencia en un plazo aproximado de 20 días, aunque el plazo varía en función del juzgado de Tenerife que conozca del asunto.
Dicha sentencia es apelable ante la audiencia provincial. Si una de las partes presenta un recurso, le dan traslado a la otra para que a su vez se oponga a éste y pasan los autos a la audiencia. No habrá nuevo juicio, meramente un tribunal jerárquicamente superior al que celebró el juicio tomará en consideración si el juez de primera instancia dictó una resolución correcta, justa y ajustada a derecho.
El plazo de un procedimiento de divorcio contencioso puede prolongarse hasta casi un año si además del juicio principal se piden medidas provisionalísimas (sobre las que trataremos en artículos posteriores) y al menos una de las dos partes apela. También puede retrasarse si el cónyuge demandado solicita abogado de oficio, ya que hoy por hoy en Tenerife los plazos de asignación del turno pueden remontarse hasta los seis meses.
Una particularidad del divorcio contencioso es que puede reconvertirse a mutuo acuerdo en cualquier momento, esto es, si las partes llegar a un entendimiento sus abogados pueden redactar un convenio regulador que los plasme y presentarlo al juez junto con la solicitud de que el expediente pase a tramitarse por las especialidades del mutuo acuerdo.
En FM Abogados Tenerife, como especialistas en divorcios, quedamos a su disposición para interponer en su nombre la oportuna demanda, sea ésta contenciosa o de mutuo acuerdo.