¿Qué diferencias hay entre la separación y el divorcio? Esta es una de esas dudas recurrentes que en FM Abogados Tenerife tratamos de aclarar a nuestros clientes en nuestro día a día. Más o menos el fondo de ambos conceptos el ciudadano de la calle los tiene claros, pero algunas cuestiones jurídicas de mucha importancia se pasan por alto, y por ello vamos a tratar de explicar qué consecuencias tienen ambas figuras jurídicas.
Desde el momento en que se obtiene una demanda de separación la consecuencia más importante para los cónyuges es que quedan liberados de vivir juntos. Esto es, la obligación que mediante el código civil se confiere a los matrimonios de vivir bajo el mismo techo queda revocada, y en consecuencia una de las partes puede abandonar la vivienda conyugal sin incurrir en delito de abandono de familia. Por el contrario, la separación no elimina el vínculo conyugal, esto es, la pareja sigue casada y no puede contraer matrimonio con una tercera persona. De hecho, si uno de los dos fallece el otro tendría derecho -si procediera- a cobrar la pensión de viudedad.
¿Qué función tiene entonces la separación?. La verdad es que hoy por hoy muy poca. Hasta la penúltima reforma la separación era el paso previo para pedir el divorcio, esto es, si una pareja se quería divorciar la forma más rápida -paradójicamente- era separarse, y tras un año desde que la sentencia de separación fuera firme solicitar entonces el divorcio. La finalidad última del legislador era que quien se quisiera divorciar estuviera seguro de lo que estaba haciendo, pasando por un estado intermedio la pareja a fin de ver si se acababan reconciliando. En nuestra experiencia como abogados de divorcios en Tenerife, en más de veinte años creo que hemos asistido a un par de reconciliaciones de entre cientos de procedimientos de separación, así que como pueden comprender el invento no era de demasiada utilidad.
Se pasó por lo tanto al sistema actual, que con el mero requisito de llevar más de tres meses casados permite a los matrimonios interponer una demanda de divorcio sin pasar por un procedimiento de separación. El divorcio, contrariamente a ésta, sí que rompe el vínculo conyugal, de tal suerte que desde que la sentencia es firme y se inscribe el mismo en el Registro Civil de Tenerife correspondiente, los excónyuges pueden volver a contraer nupcias con quien les plazca. Asimismo queda disuelta la sociedad de gananciales, lo que implica que a partir de ese momento lo que adquiera cada excónyuge será privativo, de la misma manera que lo serán las deudas que cada uno contraiga.
Aún nos llega, no obsante, algún encargo para llevar un procedimiento de separación, sobre todo en personas mayores que si bien no quieren permanecer juntos, tampoco quieren perder las prerrogativas que les da el estar casados ni tienen intención de volver a celebrar un matrimonio con nadie más. No obstante, si su intención inamovible es la de poner punto y final a su matrimonio, resulta mucho más económico y sencillo divorciarse que separarse, con independencia de que si en un futuro se reconcilia con su actual pareja pueda volver a pasar por el juzgado.